No pudimos bailar en tierras sevillanas. El equipo se volvió de vacío del viaje a tierras andaluzas. Y lo hizo porque los cachorros del Sevilla fueron mejores en la primera mitad, encontraron el gol y eso les permitió jugar al ritmo que más les interesó.
Pero no empezó mal el equipo en el inicio del choque; en un despiste, en un desajuste defensivo, Zarzana marcó el primer tanto y es cierto que nos pesó. Tras ese tanto el Sevilla fue superior y toco remar contracorriente.
Tras el descanso los mineros dieron un paso al frente, es cierto que sin demasiadas alegrías ni ocasiones de gol, pero el partido se igualó y tan cerca pudo estar el empate como el segundo tanto local.
No fue lo primero y sí lo segundo para nuestra mala suerte. Cuanto más volcados estaban los hombres de Palomeque en la búsqueda del 1-1 llegó la puntilla en forma de gol sevillista.
Tras la victoria de la semana pasada este resultado es un frenazo; inesperado, indeseado, pero nos servirá para coger impulso.
El domingo, más…